13 Ene COVID-19, lo esencial se hace visible a los ojos
Nos andábamos preguntando a comienzos del 2020, cómo podríamos contribuir a generar el cambio de rumbo que sabemos necesario para nuestro mundo.
Y de repente, a finales del invierno, una pandemia recorrió el planeta y lo paralizó todo durante semanas.
La riada global de la COVID-19 ha descalzado nuestras raíces, mostrándonos nuestra fragilidad, dando un baño de dura realidad a nuestra visión de las cosas. Pero también, al dejar nuestras raíces al descubierto, ha hecho visible lo esencial:
La vida que sostiene nuestras vidas, es esencial. Todo lo demás, es superfluo.
La pérdida de espacios para la vida salvaje en la otra punta del planeta pueden paralizar nuestras vidas.
Los privilegios sobre los que sostenemos nuestras vidas, finalmente, descubrimos que no están garantizados. Aprendemos que, si no cuidamos lo que nos cuida, tarde o temprano quedamos a merced de nuestra vulnerabilidad, siempre presente.
También observamos cómo la manifestación de nuestra vulnerabilidad agudiza nuestros miedos. Y si no los atendemos adecuadamente, estos miedos pueden ser hábilmente cosechados por el narcisismo más pueril, y también más peligroso.
El 2020 nos ha paralizado, nos ha mostrado la fragilidad de lo que somos, ha roto nuestra cotidianidad, nos ha separado de la calidez de los abrazos, sacude nuestra convivencia. Pero también nos llega fértil de aprendizajes y, entonces también, de oportunidades de seguir creciendo. De oportunidades de ser vida en constante evolución, experimentándose a sí misma.
Te deseamos un 2021 fértil, lleno de vida y de esperanza.
Y, si quieres compartir con nosotros, te dejamos nuestros aprendizajes en nuestro blog de Tendencias21. Esta es la pasarela directa al artículo:
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